Esta nueva legislatura, en su corta andadura, ha conseguido ser
protagonista de un nuevo ninguneo a nuestro sector en forma de no existencia de
ministro al menos en las próximas semanas. Catalá,
Ministro de Justicia, asumirá las competencias hasta la formación de un nuevo
Gobierno.
La razón de esto es que la hasta hace unos días Ministra de Fomento,
ha dejado su cargo para ser la nueva Presidenta del Congreso.
El porqué de dedicarle un
post desde Ingeniería Latente es por lo transparente de su gestión, y a
transparente no me refiero por limpia y escasa de corrupción, sino por lo
irrelevante, difícil de ver.
Dentro de los 4 años que esta médico, política profesional desde 1996, ha
sido Ministra de Fomento, la profesión y las infraestructuras no han avanzado,
ni mucho menos.
Entre sus dudosos méritos está como su gestión al frente de todo lo
relativo al
trágico accidente de Angrois (La Coruña), donde un Alvia que descarriló dejó 81
muertos y cuya investigación dejo mucho que desear convirtiéndose en un
paripé, que dejó sin respuesta cómo una línea de Alta Velocidad con tramos de
trazado discutible, tenía sistemas de seguridad impropios
Como otro gran mérito está el de nombrar a su marido Suárez Costa como
presidente de la Autoridad Portuaria de Marín-Ría de Pontevedra, pero esto nos
lo tomaremos como un pequeño hecho anecdótico de nepotismo.
Fuera de estos reseñables éxitos, nada. Absolutamente nada. La Ministra
no ha sido capaz, y me temo, que no ha mostrado interés, en salvar a la ingeniería
de los recortes que vienen de Europa. En 4 años, la gestión de ADIF, quizá la
joya de la corona del Ministerio, ha sido un desastre. Las obras
del AVE a Galicia están paradas, las de la
Variante de Pajares y el acceso a Asturias encalladas, el Corredor del Mediterráneo
hibernando y otros tramos como el Valladolid-Burgos fuera de plazo de ejecución
y sin resolver tramos conflictivos como la llegada a la capital burgalesa.
AENA, en otro
gran servicio a la oligarquía, se privatizó en 2015. Y una de sus
últimas acciones fue
amenazar a Carmena con llevar la sede de RENFE fuera de Madrid por no acceder al plan
de urbanización salvaje de la “Operación Chamartin”.
Mientras tanto, la ingeniería civil en España se halla en vía muerta. Los
profesionales no tienen salidas en el país, las infraestructuras carecen de
inversión ni para su ejecución, diseño o conservación. Ni siquiera se ha
promulgado otra Norma de Hormigón y la que usamos actualmente está firmada por
José Blanco (hecho anecdótico, no digo que haga falta otra norma). No tuvo
valentía de buscar esos fondos mediante la Euroviñeta y mucho menos de
reordenar el sistema educativo sobrecargado de titulados y con escasa
expectativa laboral.
Siempre digo desde aquí que nos falta un Plan
Director de Infraestructuras, que haga avanzar los proyectos o al menos
algo de acción como nos ofreció Cascos, pero de ahí a ser la responsable de una
parálisis de 4 años… ¿Habría que agradecerle su huida hacía un mundo mejor, a
un nuevo puesto político, a Rajoy? ¿Será Catalá el Ministro definitivo cuando
haya Gobierno? ¿Es tan difícil tomarse en serio la política de
Infraestructuras? Adiós Ana Pastor, tanto éxito lleves, como inacción dejas.