lunes, 18 de mayo de 2015

RUTA DE CAMBIO EN EL SECTOR.

Voy a completar desde estas líneas la campaña electoral que lleváis sufriendo todos estos días, porque a excepción del debate demagógico sobre el AVE que trataba en el post anterior, de nuestro sector no se habla nada en campaña.

Me he preguntado varias veces el porqué y me vienen a la cabeza dos respuestas, la ignorancia y la falta de interés. La ignorancia porque es un sector muy técnico, que desde fuera parece que tiene poco margen de mejora. Que mientras estén ahí las cintas y las obras para ir inaugurándolas cuando toque, es una cosa útil. Y a raíz de eso viene la falta de interés. Una cosa que a pesar de los ingentes y escandalosos recortes de inversión sigue dando titulares positivos y alguna que otra alegría no fomenta el debate.

Pero hay muchas cosas que cambiar. Cosas que van en el sentido del resto de cambios que se están proponiendo. Quiero proponerlos de forma breve 4 que me parecen primordiales:

Transparencia. La contratación pública es opaca y corrupta por naturaleza. Las adjudicaciones de las licitaciones de los estamentos, del mayor al más pequeño carecen de una transparencia mínima que sólo la valoración puramente económica permite arreglar. Las trampas ya se las saben todos los intervinientes, y la ley de contrataciones en el campo de la construcción es un asunto primordial, si se quiere dar una igualdad de oportunidades a los actores intervinientes y evitar el amiguismo y la corrupción.

Injerencia política. Como consecuencia de lo anterior, los proyectos, las ejecuciones y la explotación no tienen independencia. Hay que hacer lo que la mano que te adjudicó te ordene, aunque eso no sea ni eficiente ni correcto desde el punto de vista ingenieril. Es primordial eliminar los plazos de ejecución directamente relacionados con los periodos electorales que sólo hacen encarecer las obras y generar una ansiedad en el que la buena ingeniería no se desenvuelve cómodamente.

Ingeniería participativa. La ingeniería civil es para el pueblo y como tal el pueblo debe decidirla. Hay que fomentar los referéndums para la toma de decisiones de urbanismo y de infraestructuras. Muchos países desarrollados lo hacen y es sin duda la forma más justa de desarrollar las ciudades y las regiones conforme a la decisión de los ciudadanos. Las propuestas se encajan con calzador en los programas electorales y son votadas con todo el paquete generando falsos respaldos ciudadanos. Las personas tienen derecho a decidir de forma directa de qué forma se urbaniza la ciudad, incluso qué solución prefiere de las propuestas técnicas realizadas. Es democrático y por ello más justo.

Regulación de las titulaciones. Esto ya sería un favor a los profesionales, más que al votante. Pero hay que controlar la salida de profesionales a un mercado sobrecargado y exhausto. Pero esto es aplicable a todas las profesiones, no hay que crear titulados en paro, sino titular al número que optimice sus posibilidades de un empleo digno y en España, si así se desea.

Así que con estas 4 propuestas os dejo seguro una cantidad considerable de preguntas latentes. ¿Son éstos los pilares de lo que pudiese ser un “entregar las infraestructuras al votante” ¿Cuál añadirías? ¿Te gusta el sistema actual? ¿Se puede mejorar el sector?

jueves, 14 de mayo de 2015

AVE CON CUERNOS.

Pues resulta que ahora está todo mal. Resulta que se exigen estudios de viabilidad económicos para la ejecución de tramos de AVE y autopistas… Vaya, qué curioso, a la par que inútil a toro pasado.

Supongo que los que hacen los programas electorales de los partidos nuevos y antiguos no se lo van a creer, pero yo lo he visto ya. He visto estudios económicos y poblacionales, más falsos que Judas, como anejos a proyectos de toda infraestructura, de hecho yo hice alguno. Tampoco se lo van a creer, pero las estaciones de Metro, o el punto idóneo de la parada de AVE salía donde decían los políticos o incluso a veces, donde la constructora adjudicataria tenía unos terrenos que estaba urbanizando.

Los partidos, y por ende los medios de comunicación se centran ahora en debates absurdos con la vaga pregunta de “¿Qué hacemos con el AVE?”. Vamos, una pregunta así concreta, sin capacidad de matización y a la que tertulianos y políticos entran como Miuras, sin miramiento.

Resulta que ahora dice el PP que hay que acabar las obras en marcha y no hacer más. El PSOE apuesta por seguir con la red en construcción, Ciudadanos dice que hay que paralizar todas las obras del AVE, (casualmente lo mismo que lleva defendiendo Bildu desde hace mucho tiempo atrás) y PODEMOS opta por hacer un AVE social que valga para que se aproveche el dispendio ya hecho, pero a todos los niveles, que realmente vertebre el estado y acerque personas.

El AVE es bueno. Os lo digo yo, creedme. Nos ha enseñado muchas cosas y nos ha colocado a la vanguardia de la ingeniería mundial, en este tipo de construcciones. Ahora, como siempre, en España se ha hecho rematadamente mal. Cada ministro de Fomento o cada presidente del Gobierno ha peleado por llevar el AVE a su casa, ejemplos varios: Cascos con el AVE a Asturias con los famosos túneles de Pajares, Magdalena Alvarez y su vertebración de Andalucía con AVE, hasta la playa nudista de Vera si es menester, o el tándem Jose Blanco – Rajoy con la poco eficiente idea de llevar el AVE a Galicia.

Intuyo que si se disminuyese el consumo de gintonics cuando se van a tomar esas decisiones, y se tuviese algo de sentido común, el Madrid-Valladolid-Burgos-Vitoria-Europa, estaría ya hecho y no se estaría perforando todo el macizo galaico-leonés a precio de oro para que la foto de Rajoy quede preciosa con los 1000 gaiteros.

Y dejo aquí un par de preguntas latentes… ¿Se podrá en España hacer un plan de Infraestructuras intocable, ahora con los nuevos partidos? ¿Con la escasez de dinero público habremos aprendido algo? ¿Y tú si fueses ministro de Fomento, a qué pueblo llevarías el AVE, al de tus padres o al de veranear en la playa?