jueves, 15 de agosto de 2013

PEAJES A LA PLAYA

Es ahora en verano, cuando las ganas de llegar a destino aumentan, en la misma proporción que los atascos camino de la playa, es cuando esos nuevos caminos alternativos de peaje hacen también su agosto.

Pero, ¿cómo funcionan las autopistas de peaje en España? ¿Cuál es el proceso de licitación?

El proceso concesional funciona un poco según estos pasos: cualquier administración pública, bien sea el Estado, o las Comunidades Autónomas planean una infraestructura. Para evitar costear directamente la construcción y el mantenimiento de la vía, se saca en modo de concesión. A esta concesión se presentan sociedades concesionarias, en la mayor parte de los casos, filiales de empresas constructoras o experimentos mixtos constructor-bancarios.

La concesionaria adelanta el dinero de la construcción y la explotación, al igual que los gastos crediticios que se generan, y haciendo una estimación de tráfico a futuro, propone un canon a pagar por la administración, habitualmente por vehículo que transita, que puede estar en un porcentaje variable pagado por los propios usuarios en las cabinas de peaje. Y el canon más barato gana la licitación.

En España los cálculos de tráfico no se hicieron de un modo muy preciso, con lo que ahora mismo la mayoría de las autopistas de peaje están en quiebra.

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La concesiones que ahora mismo operan nuestras carreteras de peaje, bien las de peaje directo, o las de peaje en la sombra, (el mismo sistema, pero sin pago directo del usuario: M-45, Segovia – Valladolid… ) acumulan una deuda conjunta de unos 3.500 millones de euros.

Como se ve, en la descripción del proceso, las concesionarias, en total libertad hicieron unas ofertas para obtener la construcción y explotación de la infraestructura, cuyos cálculos en los que estaban basados estaban terriblemente equivocados.

La solución que ahora plantea el Gobierno es nacionalizarlas, creando una sociedad pública que se quedaría con todas las acciones de las autopistas con problemas, inicialmente a coste cero, tan sólo asumiendo su deuda (recuerdo 3.500 M€).

A pesar de que este plan implica que el ciudadano pagaría los malos cálculos de tráfico y costes, las concesionarias, lo rechazan, porque no quieren deshacerse de sus activos de este modo, y piden la implantación de la Euroviñeta. La solución, a la vuelta de las vacaciones, que estas fechas son buenas para las concesionarias… no iban a dejar escapar nuestros viajes a la playa.

Y dejo unas preguntas latentes sobre la mesa: ¿Hasta qué punto es justo que los ciudadanos paguemos unos malos cálculos económicos de empresas privadas? ¿Eran imprescindibles todas esas carreteras de peaje en un país con una red viaria como el nuestro? ¿Por qué se nacionalizan las pérdidas, y se privatizan las empresas que dan beneficio, privatizando las ganancias? ¿Somos conscientes los conductores cuando pasamos por carreteras con peaje en la sombra de que estamos pagando o pasa desapercibido?

miércoles, 7 de agosto de 2013

HEMOS URBANIZADO POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBILIDADES

Si algo está en constante relación con nosotros, en nuestro entorno más cotidiano es el urbanismo. Pero el urbanismo, entendido, digamos, siendo grandilocuentes, como arte, no son los usos urbanísticos del suelo, ni las recalificaciones, ni el “Caso Malaya”, el urbanismo es el modo de utilización racional de cada uno de los espacios que nos rodean, para armonizar residencia, producción y ocio.

Y esto acaba siendo, desde la disposición de los aparcamientos en las calles, a la altura de los edificios, al color de las aceras.

En nuestra burbuja inmobiliaria, término que recoge otras muchas, se ordenaron los municipios sin atender a razones de sostenibilidad, el mercado y los intereses económicos privados diseñaron las ciudades. ¿Cuál es el resultado? Un gasto en transporte de los ciudadanos, un coste económico, energético y medioambiental difícil de soportar, infinitamente más llevadero de haberse planeado urbanísticamente con cabeza.

Pero estos detalles se ven en cada rincón de nuestras ciudades. Quiero mostrar esta fotografía. Es de una importante ciudad austriaca, noveno país en renta per cápita del mundo. Es una acera para la reflexión.

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Independientemente del carril bici, posible en ciudades que se urbanizaron con la cabeza y no con la cartera, ya que requiere una reserva de superficie, mínima pero constante en toda la ciudad, ¿no os sorprende la austeridad? Nada de baldosines, costosos en su producción, ejecución, mantenimiento y sustitución, simple aglomerado en dos tipologías separando las bicicletas de los peatones por un bordillo. Ningún exceso, mera funcionalidad.

Os garantizo que esta calle no está muy alejada del centro de la ciudad es una calle importante en la que la solución urbanística a nivel diseño fue funcional y austera. Muy común fuera de nuestras fronteras norteñas.

Acabo dejando unas preguntas latentes: ¿No hubiera sido más sostenible y productivo no ornamentar todas y cada una de nuestras calles como si fueran la Mezquita Azul de Estambul? ¿Por qué a nuestros vecinos europeos si les cupieron los carriles bici y ahora para instaurarlos en algunas ciudades españolas hay que hacer malabarismos? ¿Será mejor marcar unos niveles estéticos escalonados a nivel proyecto? ¿Hemos macro-urbanizado y micro-urbanizado por encima de nuestras posibilidades?

jueves, 1 de agosto de 2013

¿ES EL FRACKING UN LOBO?

Quizá hubiera sido de obligado cumplimiento que el debut de un blog técnico o que al menos intentará serlo, comenzase con una referencia a los sistemas de seguridad en las líneas de Alta de Velocidad, al hilo del desgraciado accidente de la famosa curva de Angrois. No lo voy a hacer, bastantes opiniones se están vertiendo constantemente, algunas acertadas, la inmensa mayoría no, aunque sí prometo un próximo post sobre los elementos que intervienen en el diseño de las vías de ferrocarril, con el fin de al menos aclarar algunos conceptos que se están emborronando no sé si de un modo involuntario o interesado. Por tanto, hoy sólo quiero lamentar la pérdida de vidas y desear la pronta recuperación de los heridos en el accidente más importante de tren en España en los últimos 40 años.

Seguro que en los últimos meses algún artículo ha caído en tus manos en la que aparecía el término “fracking”. Propuestas, prospecciones o protestas, de colectivos y entidades públicas y privadas, relacionadas con un oscuro tema del subsuelo, aun sin explicar en demasía. ¿Será bueno? ¿Será malo? ¿Exageran o silencian?

La fractura hidráulica  o “fracking” es una técnica para la extracción de gas y de petróleo que se encuentra encerrado en rocas de baja porosidad que consiste en ampliar las fracturas ya existentes por medio de la inyección de algún material en el terreno, ayudando a su salida al exterior. Independientemente de este proceso puramente físico, ayudado por agua a presión durante el proceso se añaden compuestos químicos, con la consiguiente contaminación medioambiental directa que esto supone.

Los mayores peligros que conlleva esta práctica son relativos a la alteración del subsuelo, por un lado en lo tocante a la geomorfología zonal y en segundo lugar en relación a la posible contaminación o alteración de los acuíferos. Además, ya en superficie, el consumo de agua que debe ser inyectada y que es irrecuperable es notable, un pozo de “fracking” consume entre 9.000 y 30.000 m3 de agua, decenas de veces más de lo que consume una hectárea de ciertos cultivos.

Dejo un par de preguntas en el aire, llamémoslas preguntas latentes: ¿Es el “fracking” la solución a la dependencia energética de ciertas regiones/países o se trata de un billete de lotería que algunas administraciones públicas están comprando, huyendo hace delante? ¿Es fundado el miedo a la alteración del subsuelo por estas prácticas? ¿Puede llegar a conocerse el subsuelo de un modo tan exhaustivo que estas prácticas pueden acotarse de tal modo que no sean invasivas ni contaminantes? ¿Es eso tan costoso que las invalida? ¿Es el “fracking” un lobo o la abuelita?