sábado, 1 de octubre de 2016

LA EXCUSAS DE LAS BAJAS TEMERARIAS.

Las licitaciones en España, y puedo asegurar que en todo el mundo, son una cosa complicada y con muchas más luces que sombras.
La crisis de la ingeniería patria que malvive de los contratos en el exterior, ha hecho durante estos últimos años que el porcentaje de las bajas se haya disparado.
Personalmente puedo asegurar que la ley es prácticamente perfecta, y que es su incumplimiento el que ha provocado el revuelo. Eso sí, el decir que se van a acabar las bajas temerarias es un buenísimo titular para la prensa…
Parece ser que fue la Subdirección general de Planificación y Proyectos la que dio el paso de endurecer los pliegos, siendo seguida por la Subdirección de Construcción del Ministerio de Fomento. Otro gran titular.
¿Hasta qué punto no es bueno dejar bajar los precios cuanto se quiera y no dejar las licitaciones de los “poco transparentes” criterios técnicos? ¿Sabéis donde no hay bajas temerarias? En los concursos por invitación… qué casualidad todo.
Y por último hay un importante tema que subyace. Este movimiento busca el volver a crear oligopolios de grandes empresas que no bajando los precios y abrumando con referencias del precámbrico puedan llevarse los concursos sin mucho riesgo económico.
¿Qué hay de las limitaciones de contratos que exigen una ristra de compromisos anteriores y empresas de gran longevidad, limitando el acceso a nuevas empresas, más dinámicas y  tecnológicamente más desarrolladas? Amigos, este grupo, tiene poco poder y no es capaz de poner a la Administración en el brete de modificar los pliegos a su antojo.
Al final y como pasa en el resto del planeta, los pliegos los redactan los poderosos del sector.