Las empresas constructoras españolas parece que empiezan a plegar velas en lo que a sus expansiones internacionales se refiere.
Al inicio de la crisis, cuando el sector público empezó a no proveer fondos para alimentar el sector que necesitaba de ingentes cantidades de comida para su nutrición, la internacionalización parecía, sin duda la solución.
Empresas de todos los tamaños buscaban aplicar su experiencia en otros mercados, fuesen cuales fuesen.
Después de 6 años de estampida cada día tenemos más noticias de empresas que cierran sus sucursales en el exterior, centrándose sólo en contados mercados.
Salir fuera no es fácil. La cultura, el modo de operar que hizo grande a las empresas españolas en el mundo de la ingeniería civil tenía mucho de prevaricación, y fuera, o eso no se lleva, o no es fácil para los recién llegados.
Actualmente el mercado del medio este es donde las empresas españolas empiezan a sentirse cómodas, al contrario que en el inicio donde Sudamérica parecía de nuevo El Dorado.
Los plazos y el cumplimiento en los pagos que oriente medio da, es un valor seguro que ayuda a minimizar los riesgos. Latinoamérica es otro cantar. La corrupción está generalizada a todos los niveles y los plazos se alargan eternamente…
El sueño de la empresa constructora a nivel mundial se desmorona, afortunadamente. Es mucho mejor centrarse en un par de mercados, aquellos con menos incertidumbre, y sobre esos cimientos avanzar o sobrevivir que no es poco.
¿Hacia dónde avanzan los ingenieros de vuestro entorno? ¿Y las empresas que conocéis? Mejor mercados seguros, ¿no? Eso, ahí lo dejo latente.
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