Quizá hubiera sido de obligado cumplimiento que el debut de un blog técnico o que al menos intentará serlo, comenzase con una referencia a los sistemas de seguridad en las líneas de Alta de Velocidad, al hilo del desgraciado accidente de la famosa curva de Angrois. No lo voy a hacer, bastantes opiniones se están vertiendo constantemente, algunas acertadas, la inmensa mayoría no, aunque sí prometo un próximo post sobre los elementos que intervienen en el diseño de las vías de ferrocarril, con el fin de al menos aclarar algunos conceptos que se están emborronando no sé si de un modo involuntario o interesado. Por tanto, hoy sólo quiero lamentar la pérdida de vidas y desear la pronta recuperación de los heridos en el accidente más importante de tren en España en los últimos 40 años.
Seguro que en los últimos meses algún artículo ha caído en tus manos en la que aparecía el término “fracking”. Propuestas, prospecciones o protestas, de colectivos y entidades públicas y privadas, relacionadas con un oscuro tema del subsuelo, aun sin explicar en demasía. ¿Será bueno? ¿Será malo? ¿Exageran o silencian?
La fractura hidráulica o “fracking” es una técnica para la extracción de gas y de petróleo que se encuentra encerrado en rocas de baja porosidad que consiste en ampliar las fracturas ya existentes por medio de la inyección de algún material en el terreno, ayudando a su salida al exterior. Independientemente de este proceso puramente físico, ayudado por agua a presión durante el proceso se añaden compuestos químicos, con la consiguiente contaminación medioambiental directa que esto supone.
Los mayores peligros que conlleva esta práctica son relativos a la alteración del subsuelo, por un lado en lo tocante a la geomorfología zonal y en segundo lugar en relación a la posible contaminación o alteración de los acuíferos. Además, ya en superficie, el consumo de agua que debe ser inyectada y que es irrecuperable es notable, un pozo de “fracking” consume entre 9.000 y 30.000 m3 de agua, decenas de veces más de lo que consume una hectárea de ciertos cultivos.
Dejo un par de preguntas en el aire, llamémoslas preguntas latentes: ¿Es el “fracking” la solución a la dependencia energética de ciertas regiones/países o se trata de un billete de lotería que algunas administraciones públicas están comprando, huyendo hace delante? ¿Es fundado el miedo a la alteración del subsuelo por estas prácticas? ¿Puede llegar a conocerse el subsuelo de un modo tan exhaustivo que estas prácticas pueden acotarse de tal modo que no sean invasivas ni contaminantes? ¿Es eso tan costoso que las invalida? ¿Es el “fracking” un lobo o la abuelita?
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